¿Qué es la etología?

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La etología (del griego ethos, que significa costumbre) es la rama de la biología y de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales en libertad o en cautiverio, aunque son más conocidos por los estudios de campo. Los profesionales dedicados a la etología se denominan etólogos y tienen la difícil labor de estudiar y procurar entender el comportamiento de los animales.

La etología estudia las características propias de una especie determinada y cómo éstas evolucionan para la supervivencia de la misma. Algunos médicos veterinarios dedicados a esta rama e imparten los resultados de sus estudios en las universidades donde realizan sus cátedras ante la falta de personal más capacitado. Y aunque la etología tiene por objeto de estudio el comportamiento animal. Los seres humanos, también animales, formamos parte del campo de estudio de la etología, bajo el nombre de etología humana.

¿Donde se origina la etología?

A principios del siglo XX se creó la psicología comparada, que consistía en el estudio de la conducta y las capacidades psicológicas de las diferentes especies animales y que, en este sentido, consideraba la conducta humana como uno de los muchos tipos de conducta animal. Los conductistas utilizaron este método en sus estudios, pero a partir de 1973, cuando los científicos Konrad Lorenz, Karl von Frisch y Niko Tinbergen recibieron el Premio Nobel por sus estudios sobre la conducta de los animales, la etología comenzó a considerarse ciencia con pleno derecho, y la psicología comparada se integró en esta nueva ciencia.

En Europa, la investigación del comportamiento animal se desarrolló resaltando los estudios de campo y las conductas instintivas. Destacándose Konrad Lorenz, con su estudio sobre la impronta en los gansos; Karl von Frisch, centrado en el sistema de comunicación de las abejas, y Niko Tinbergen, interesado en el estudio sobre el instinto en el espinoso. En los Estados Unidos, durante la primera mitad del siglo XX, se caracterizó por las investigaciones del comportamiento animal centradas en las conductas aprendidas en medios controlados. Estas investigaciones dieron lugar a la psicología comparada y al conductismo.

En 1951, Tinbergen publicó The Study of Instinct, en donde plantea las cuatro preguntas sobre las que se apoya la etología (causacional, del desarrollo u ontogenético, evolucióny filogenético), y se encarga de hacer una distinción entre la psicología comparada y la etología. En 1966, Robert Hinde hizo una síntesis de ambas, y distinguió los aspectos más destacables de cada una.

Datos de interés y estudios etológicos

Los objetivos de los etólogos son el estudio de la conducta, del instinto y el descubrimiento de las pautas que guían la actividad innata o aprendida de las diferentes especies animales. Así, los etólogos han estudiado en los animales aspectos tales como la agresividad, el apareamiento, el desarrollo del comportamiento, la vida social, la impronta o troquelado y muchos otros. En estado salvaje, los animales se manejan con ciertos códigos impuestos por la propia lucha por la supervivencia, por ser el más apto para dirigir una manada o ganarse el derecho a comer o a copular primero.

La procedencia de las conductas animales

Es difícil llegar a comprender las emociones y sentimientos de un animal, pero una forma de hacerlo es comparar las estructuras físiológicas y anatómicas de animal con las del mamífero superior con el que conviva y ver que son similares”, explica Miguel Ibáñez Talegón, Profesor de Etología Animal en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Además, añade que son muchos los estudios y trabajos que han demostrado que el funcionamiento de los elementos estructurales del sistema nervioso central, referentes a la fisiología del animal y la genética, funcionan de forma bastante similar en todos los animales, incluyendo al ser humano.

¿Los animales piensan?

Es evidente que nuestro intelecto tiene una capacidad metacognitiva más desarrollada que cualquier especie conocida, pero, a diferencia de lo que muchos creen, los animales comparten con nosotros numerosos rasgos psicológicos en lo que al pensamiento se refiere. Así, el experto en psicología experimental de la Universidad de Granada, Matej Hochel, asegura que “el entorno natural da lugar a muchas situaciones impredecibles que, para muchas especies, serían un gran obstáculo a la hora de intentar sobrevivir únicamente con nociones genéticas y nociones automatizadas”.

Además, constata que el conocimiento se propaga en grupo: “Las ratas evitan los alimentos envenenados una vez que han visto que otra de su especie a muerto o ha sufrido malestar al ingerirlos. Así, las crías aprenden de sus padres a no ingerir dichos productos, aunque no hayan presenciado las consecuencias que ocasionan. Esta atención activa del animaly su aprendizaje corroboran su inteligencia”. Matej Hochel asegura que muchos expertos de laboratorio confirman que existen ciertas especies con muchas destrezas mentales, que anteriormente se creían únicas en el ser humano.

Investigar el pensamiento de un ave o un mamífero no es una tarea sencilla, puesto que se da una clara ausencia de lenguaje, por lo que la creatividad del investigador tiene un papel fundamental. “De esta forma”, explica este catedrático de la Universidad de Granada, “el experimentador pone al descubierto los problemas que permitan discernir el comportamiento automático de una actuación pensante. Esta labor es más sencilla cuando el animal se presenta ante alguna situación de peligro o de novedad, donde hay poca probabilidad de que dé con la respuesta correcta si sólo recurre a una conducta automatizada”.

La prueba del espejo

A la hora de poner a prueba la conciencia animal, la mayoría de los expertos recurren a la prueba del espejo. A través de ella se sabrán las cualidades y disposiciones perceptivas que posee cada especie y, en concreto cada individuo. En el caso de que un perro no responda a las capacidades necesarias para realizar este experimento, se analizará su capacidad mental de un modo más natural, ya que así no se verá obligada a adquirir capacidades que no entran dentro de las innatas o habituales. El test del espejo, ideado por Gallup, examina la conciencia reflexiva de los animales pero recientes experimentos han demostado que no siempre es determinante.

El primer experimento se realizó con unos chimpancés, que después de una larga temporada viéndose en el espejo, fueron anestesiados para marcarles círculos rojos en la frente y en las orejas. En cuanto despertaron y se miraron en el espejo, su primera reacción fue llevar la mano al lugar donde se habían puesto los círculos. “Esta situación evidencia que los animales se reconocen en el espejo. Aunque el test se ha realizado a diferentes mamíferos, sólo los monos y los delfines a respondido correctamente”, afirma Matej Hochel.

La etología continúa avanzando y desarrollándose a medida que logramos hacer un estudio juicioso y sistemático del comportamiento de las especies. Los perros y gatos ofrecen una interesante alternativa por su domesticación, lo que hace que sus comportamientos estén expuestos permanentemente a nuestra observación y reflexión aunque sean solo una pequeña parte del amplio campo del estudio de la etología.

Para conocer más sobre DOCTOR PULGAS, te invitamos a ver a continuación el video de presentación a cargo de nuestro director:

Konrad Lorenz y su influencia en el origen de la Etología

La etología, una rama de la biología que estudia el comportamiento animal en su ambiente natural, ha sido moldeada y enriquecida por numerosos científicos a lo largo de la historia. Uno de los nombres más destacados en este campo es el de Konrad Lorenz, cuyas contribuciones han dejado una marca indeleble en nuestra comprensión del comportamiento animal.

¿Quién fue Konrad Lorenz?

Konrad Lorenz (1903-1989) fue un etólogo austríaco pionero en el estudio del comportamiento animal. Nacido en Viena, Austria, Lorenz desarrolló un profundo interés por la observación de animales desde una edad temprana. Su pasión lo llevó a estudiar medicina y zoología en la Universidad de Viena, donde más tarde se convirtió en profesor.

La Etología y el Impacto de Lorenz

Lorenz es reconocido principalmente por su trabajo en el campo de la etología, especialmente por su investigación pionera sobre la impronta y la agresión en los animales. Su estudio sobre la impronta, el proceso mediante el cual los animales jóvenes establecen un fuerte vínculo con la primera figura que encuentran, arrojó luz sobre los mecanismos del comportamiento instintivo y la formación de lazos sociales.

Uno de los experimentos más famosos de Lorenz fue su trabajo con gansos, donde demostró cómo los gansos jóvenes imprimen en la primera figura que ven después de salir del huevo, lo que a menudo resulta en una conexión emocional duradera. Este descubrimiento no solo contribuyó al entendimiento de la conducta animal, sino que también tuvo implicaciones profundas en el estudio de la psicología del apego en humanos.

Además de sus investigaciones sobre la impronta, Lorenz también exploró el comportamiento agresivo en animales, observando patrones de agresión en especies como los peces, aves y mamíferos. Sus estudios sobre la agresión innata y aprendida proporcionaron una comprensión más profunda de cómo los animales compiten por recursos y territorio, así como las formas en que la agresión puede ser modulada por el entorno y la experiencia.

Conclusiones

En resumen, Konrad Lorenz fue un pionero en el campo de la etología cuyas investigaciones sobre la impronta y la agresión han dejado una marca perdurable en nuestra comprensión del comportamiento animal. A través de sus experimentos innovadores y observaciones meticulosas, Lorenz abrió nuevas perspectivas en el estudio de cómo los animales interactúan con su entorno y entre ellos. A pesar de las controversias en torno a su vida personal, su legado científico perdura como un testimonio de su dedicación y pasión por la exploración del mundo natural.

Ágatha, el animal feroz

Por: Carlos Andrés Naranjo Sierra

“El día 20 de junio del año 2023 se expide notificación policiva por comportamientos que ponen en riesgo la convivencia por tenencia de animales”, decía el papel que me estregaba el mensajero de la Inspección de la Alcaldía de El Retiro y continuaba: “Dejar deambular semovientes, animales feroces o dañinos, en espacio público y privado, lugar abierto al público o medio de transporte público, sin las debidas medidas de seguridad”. Se trataba de una citación a la Inspección de policía por una queja de Luisa Fernanda López Carmona y Daniel González Diez, vecinos de mi finca B-612 en El Retiro. ¿Qué podía ser? Ninguno de mis animales obedecía a esa descripción.

Cinco días antes, Andrés Felipe Buriticá, veterinario de la Inspección, había realizado una visita, que solicité, a la finca de de Luisa López, para que se verificara el comportamiento de sus perros y el cerramiento del lindero. En febrero sus perros habían pasado a nuestra propiedad y habían atacado a Tina y Lupe, mis perras, dejando a esta última con una herida en el ojo izquierdo que por poco le cuesta la vista, y en días recientes había sucedido otro insuceso con Ágatha, nuestra gata, que aún no logro explicar. Como tampoco logro explicar la actitud de Buriticá, que le indicó a la vecina cómo poner la denuncia contra nosotros, según relataría ella misma posteriormente. Como preámbulo a lo que sucedería, el antidúo López González nos colocó, esa misma noche, música estridente a alto volumen por horas. Cristóbal, nuestro hijo de un año, por fortuna, no tuvo problema para conciliar el sueño.

La citación era entonces, sin duda, una recriminación a esa visita del veterinario. Quería dejarnos claro que nadie se metía con “la propietaria”. Tres años antes había llegado a vivir a Samarkanda, la pequeña parcelación donde vivo con mi esposa, nuestro bebé, nuestras perras y nuestra gata, anunciando que era “la nueva propietaria” de la finca. Finca que anteriormente había ocupado su prima Ana María López (la misma de “No tengo los teléfonos de esas personas y si los necesita que sea la Fiscalía la que los consiga» en #YoTambién, defendiendo el honor de una burrita) y su esposo Luis Carlos Toro, ambos profesores universitarios, y con quienes ya había tenido una serie de desencuentros por la utilización de mi lote como destino inautorizado sus movimientos de tierra que se pusieron en conocimiento de las autoridades, pero ante los que pasó poco o nada. También, curiosamente, la nueva “propietaria” había comprado el vehículo del papá de su prima, en lo que parecía más un encargo de cuidado de bienes que una transacción de compraventa.

De modo que la presencia de Luisa López no parecía augurar buenas nuevas, aunque traté de mantener la cordialidad, a pesar de las dificultades que entrañaban sus permanentes reclamos por cualquier motivo y, ante todo, su actitud entre pendenciera y acomplejada, una rara combinación que sólo podía explicarse por la inseguridad que puede sentir alguien ante lo que no está seguro de poseer. La nueva vecina había llegado a vivir con un hombre llamado Daniel, del cual no teníamos mayor información que verlo trabajar en la finca, como una especie de mayordomo. Nunca se refería a él o a “nuestra propiedad”. No hablaba en plural para referirse a nada de lo que les sucedía, a pesar de que era claro que había convivido con Daniel por más de tres años. Ni siquiera un asunto tan sencillo como el nombre de la red Wi-Fi poseía un asomo de mutualidad: Red Luisalopez, a secas.

El suceso con Ágatha había desbordado mi paciencia con ella. La mañana del 5 de junio me había levantado, como de costumbre, a preparar el tetero de Cristóbal cuando, de repente, escuché unos gritos y ladridos que proveían de la propiedad que habitaban Luisa y Daniel. Al asomarme por la ventana para ver qué sucedía, vi que lanzaban a un gato hacia nuestra finca, por encima del alambrado. ¿Sería Ágatha? me pregunté asustado, mientras ellos corrían hacia el interior de la casa. ¡Ana, Ana! comencé a gritar, en un lapsus que se ha hecho frecuente, con el nombre de su prima, corregí de inmediato el nombre y pregunté a viva voz que había pasado ¡Luisa, Luisa!. Nadie respondía. Grité más fuerte y Luisa finalmente respondió con su frase favorita: “todo lo que se, es que un gato ingresó a mi propiedad” y luego se escondió.

Marqué por teléfono para saber si se trataba de Ágatha pero “la propietaria” no contestaba. De modo que volví a gritar: ¡Luisa, contesta el teléfono por favor!, después de varias llamadas se dignó a tomar el teléfono para decirme que no sabía lo que había pasado y que era Daniel el que había visto el suceso. Le pedí entonces que me comunicara con él para saber si se trataba de nuestra gata, a lo que respondió que Daniel tenía sangre y que ya tenía que irse a trabajar ¿¡Sangre!? ¿Era de él o de la gata? ¿Daniel estaba bien? ¡Necesito saber si Ágatha está herida! supliqué, pero no hubo poder humano que nos permitiera saber la suerte que estaba corriendo nuestra querida gata. Después de decirme que le parecía muy fastidioso, “la propietaria” me colgó.

Comenzamos a llamar a Ágatha entre todos a viva voz. Laura salió con Cristobal, en brazos, a llamarla junto con él, que balbuceaba “a-ta, a-ta” infructuosamente. Claro, los gatos cuando se sienten en peligro se esconden por horas o días. Me preocupaba mucho saber si estaba herida y si ese tiempo que estaba pasando sería crucial para su vida. Me puse botas, recorrí el espacio por donde la habían tirado, maullando y repitiendo su nombre sin rastro alguno. Regresé a la casa, puse un mensaje en el chat de vecinos y luego pasé la cerca hacia otra propiedad que estaba abandonada, para ver si la encontraba. Todo fue en vano. Ágatha no aparecía, finalmente sabía que sí era ella pues Daniel respondió en el chat confirmando. Le pregunté si estaba bien y si sabía cómo estaba Ágatha, pero el silencio reinó por el día completo.

Por la noche regresó, al fin, Ágatha asustada, con una herida en la cara, que mostraba el mismo patrón de ataque que había sufrido Lupe meses atrás. Luisa y Daniel debieron verlo, era difícil pensar que no habían presenciado el ataque, mientras regañaban a gritos a sus perros y le quitaban a la gata de sus fauces. Pero, claro, prefirieron callar con la esperanza de que no nos enteráramos, seguramente para no tener que volver a responder, como lo hicieron ante las evidencias del ataque contra Lupe, pero las cosas se habían salido de control, pues yo me había dado cuenta del alboroto. Ahora, querían arreglarlo con un contraataque, con una citación en la inspección de Policía, alegando que era Daniel quien había sufrido serias lesiones en su mano (tengo la impresión de que estrenó cabestrillo rumbo a la inspección) y exigió que debíamos darle dinero por su supuesta incapacidad laboral, bajo el argumento de que Ágatha era un animal feroz que habíamos dejado suelto a mansalva.

Sí, ese mismo animal feroz que duerme en la misma cama con nuestro bebé, que se deja cortar las uñas más fácil que Tina y Lupe y que se esconde en el clóset tan pronto llega una visita, para luego salir a saludarla sentada en su regazo. El inspector José David Agudelo y su asistente de amabilidad fingida, Tatiana Osorio, se encargaron de hacerme firmar un documento en el que debía comprometerme a cercar los puntos críticos del margen entre las dos fincas y a vigilar que mis perras no salieran a saludarme por más de unos cuantos minutos, para no perturbar a la convivencia con los vecinos. Así lo hicimos, no queremos que un animal feroz como nuestra gata, vuela a pasarse a atacar a sus perros y poner en riesgo la integridad de «la propietaria».

Napa: Al final de la audiencia le manifesté al Inspector mi preocupación por el bienestar físico y emocional de otra vecina, cuyo esposo parece mantenerla alejada de todo contacto. Podía ser solo una impresión pero le dije que era mejor comprobar que fuera su voluntad y no la de su marido. Me dijo que sin pruebas no había nada que hacer. Me pareció curiosa su respuesta pues solo con el testimonio de una vecina, sobre una supuesta gata que atacaba perros y humanos, se abrió este proceso, en el que se me advirtió desde la citación que «se darían por ciertos los hechos» si no me presentaba, aún sin pruebas.

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«Me parece una idea terrible», Álvaro Múnera sobre revivir los mataderos municipales

Estuvimos conversando en DOCTOR PULGAS con el diputado animalista Álvaro Múnera sobre la posibilidad, abierta por el presidente Gustavo Petro, de revivir los mataderos municipales, la situación de los hipopótamos del Magdalena Medio, los primeros 100 días de gobierno de Petro y las promesas de los gobiernos regionales (Antioquia) y municipales (Medellín) sobre el bienestar animal. 

Revivir mataderos, una idea nefasta para los animales

Hace unos días, el Presidente Gustavo Petro manifestó la posibilidad de revivir los mataderos municipales, con el fin de reducir el precio de la carne para el consumidor final. Hecho que para el diputado Álvaro Múnera “sería terrible, espantoso” no solo para los animales que volverían a sufrir grandes maltratos, sino por las implicaciones en términos fiscales. Explica el diputado que, para construir centros de faenado con las condiciones que la ley exige, se necesitan mínimo 15.000 millones de pesos por cada centro, es decir, si se fueran a adecuar 1.000 mataderos en el mismo número de municipios, se estaría hablando de cifras entre 15 y 20 billones de pesos. 

“¿Meterle todo el dinero de la reforma tributaria a crear mataderos? no creo que la sociedad le vaya a avalar ese tipo propuestas” manifiesta el diputado. Adicionalmente, Múnera explica que si el propósito es bajar el precio de la carne, este no sería el camino debido al alto costo que tiene que asumir cada municipio para el sostenimiento de la infraestructura y la logística necesaria en el proceso de sacrificio. Como lo han dicho en diferentes medios los gremios de frigoríficos, la reducción del precio de la carne sólo de un 2%, equivalente al transporte. El valor de la carne para el consumidor final hoy depende más de las exportaciones de ganado en pie, que de la ubicación geográfica de los mataderos. 

Los Barcos de la Muerte

Según el diario económico La República, en Colombia se exportaron 247.171 cabezas de ganado en 2021, lo que representan cerca de 56 mil toneladas de carne. Para abril de este año, las exportaciones ya habían tenido un incremento del 55% con respecto al año anterior, siendo el Medio Oriente el mayor receptor de este ganado. Estas exportaciones se hacen en lo que la comunidad animalista conoce como los Barcos de la Muerte, una práctica que consiste en trasladar al ganado en condiciones deplorables, de pie, hacinados y sin las mínimas condiciones de respeto por su salud física, hasta llegar al lugar de destino, donde son sacrificados. 

Las altas cifras de exportación hacen que la disponibilidad de carne para consumo interno sea muy poca y junto al incremento del dólar, son las razones que el diputado expone para los precios que hoy tiene la carne. Con respecto a los llamados Barcos de la Muerte Múnera manifiesta que es “una propuesta que el mismo Presidente hundió, que había prometido en campaña apoyar era la prohibición de los Barcos de la Muerte, que no la prohibió y se puso del lado de los ganaderos. Resulta que es la que causa la mayor subida de los precios de la carne”.

Promesas Inclumplidas 

Prohibir prácticas como la de los Barcos de la Muerte, las corridas de toros, las peleas de gallos y las corralejas, fue una promesa hecha por el hoy mandatario Gustavo Petro a los animalistas y en de las cuales poco o nada se ha visto en el plan de Gobierno Colombia, potencia Muncial de la Vida. Para el diputado, ni el mandatario ni su bancada en el Congreso han hecho lo necesario para sacar adelante las leyes que así lo determinan. Afirma que “por ausentismo de algunos congresistas del Pacto Histórico, se hundió la prohibición de las corridas de toros en la Cámara de Representantes y ya sacaron, del proyecto que cursa en el Senado, la prohibición de las corralejas. Entonces eso tiene graves consecuencias” pues deja en abierta la posibilidad de una demanda ante la Corte Suprema de Justicia por parte de galleros y taurinos por discriminación. 

“Me parece que es una total irresponsabilidad y me parece populismo e incumplimiento a la palabra el no haber apoyado estos proyectos con su coalición de gobierno que tiene la mayoría”

Temas Nacionales aún pendientes

Al evaluar los primeros 100 días de gobierno de Gustavo Petro, Álvaro Múnera evalúa varios temas, entre ellos la esterilización de los hipopótamos del Magdalena Medio, del cual manifiesta que Cornare ha sido la entidad que ha liderado y asumido los costos de los procedimientos. Se han hecho cerca de 30 esterilizaciones entre quirúrgicas y químicas, “el gobierno nacional no hemos recibido ni un peso, sí recibimos la declaratoria de especie invasora que es un decálogo de justificación para la matanza”. Pero desde el Gobierno Nacional no ha habido ayudas de momento.

Otro tema pendiente que recalca el diputado es el presupuesto para la Política Pública Nacional de Protección Animal que no quedó en el Presupuesto General de la Nación para el año 2023 y que requiere cerca de 1 billón de pesos al año, para impactar de forma real la problemática de la fauna doméstica en condición de vulnerabilidad en Colombia. 

En Antioquía y Medellín, avanzamos y retrocedemos

En cuanto al desarrollo de las políticas en función de la protección animal de la ciudad de Medellín, Múnera comenta que los avances deben verse en los indicadores, y en ese sentido siendo noviembre de 2022 el programa de esterilización, que es el pilar fundamental de la política pública de bienestar animal no ha empezado, perdiendo la ciudad el liderazgo que se tenía en esta materia nivel nacional. La ciudad tampoco realiza ya intervenciones asistidas con animales y el Centro de Bienestar Animal La Perla es supervisado hoy por políticos y no por técnicos. “Estamos muy mal, muy mal”, concluye el diputado.

En contraste, en la Gobernación de Antioquia se han cumplido todos los indicadores que fueron propuestos en el plan de desarrollo de la administración de Aníbal Gaviria. “Este año, con las 44.000 esterilizaciones que estamos haciendo vamos a llegar a 90.000 y nos faltarían cerca de 30.000 para completar la meta del Plan de Desarrollo”. Adicionalmente ya se tiene aprobado, en primer debate, cerca de $8.000 millones de pesos para programas de zoonosis que “incluyen las centinelas de enfermedades transmisibles por animales, incluye el programa de esterilización, el programa de vacunación, el programa de erradicación de erradicación de vehículos de tracción animal y todo el tema de educación” con esto y otras acciones, el diputado afirma que “vamos a cumplir el plan de desarrollo por los animales”. 

La entrevista completa, realizada por Carlos Andrés Naranjo, director de DOCTOR PULGAS, y el diputado animalista Álvaro Múnera, a continuación: