No quiero que mi perro sea agresivo ¿Cómo evito ésto?

Tener un perro implica mucha responsabilidad, no solo de sus cuidados físicos sino también de sus comportamientos. Con frecuencia las personas se preocupan por educar a sus perros de tal forma que la agresividad no haga parte de su comportamiento normal.

Pero hay que tener en cuenta que los caninos son territoriales y agresivos por naturaleza al ser descendientes de los lobos. Aunque estas características estén en sus genes, no quiere decir que no podamos entrenarlo y educarlo para que pueda convivir con otros de su especie y con personas que sean desconocidas.

Como amos es importante evitar que nuestro amigo canino sea un peligro para los demás. Es importante que nuestro perro se acostumbre a la convivencia social, esto se hace mediante caminatas, idas a parques y a lugares donde pueda interactuar con otros animales y personas diferentes a las que conoce. De esta manera el perro aprenderá cómo comportarse ante la presencia de gente y otros perros.

Es importante que desde pequeños tengan claro qué pueden morder y qué no, los perros son depredadores por naturaleza, como ya mencionamos anteriormente, descienden de los lobos, la  mordida es fundamental para ellos. Esto se puede lograr por medio de juguetes y evitar que muerda otros objetos y personas, en caso de que intente hacerlo es necesario que lo corrijamos y centremos su atención de nuevo hacia el juguete. De este modo irá aprendiendo que no todo se puede morder.

Los perros, como todas las criaturas, sienten y responden según el trato que reciben. Un perro que constantemente es maltratado se convertirá en un animal agresivo e histérico.

No olvides cuidar, respetar y tratar bien a tu perro, recuerda que él no te eligió como su amo, pero tú puedes decidir la forma en que lo educas y lo tratas.

Manual para comunicarte con tu perro

Nuestros amigos caninos se comunican con nosotros por medio de su lenguaje corporal, por ésto es importante que podamos comprenderlo para lograr una buena comunicación con nuestro perro y mejorar la relación que hay con él.

Es importante que aprendamos a interpretar su lenguaje corporal, así también será más fácil educarlo. Los perros también tienen músculos faciales como nosotros, que les sirven para dar diversas expresiones a la cara. Algunos perros son capaces de levantar las cejas cuando una situación en su entorno les sorprende.

La mirada, su lengua y los movimientos de la cola también les sirven a los perros para comunicarse con nosotros. Cuando los ojos están muy abiertos, quiere decir que tu perro está atemorizado, la mirada fija significa desafío, generalmente.

Por otra parte, si a nuestro canino amigo le cuelga la lengua, está relajado, cuando las orejas están hacia atrás, comunica que tiene miedo o sospecha, si en cambio permanecen erectas, está alerta.

Lo que dice la cola

La cola en movimientos rápidos se debe a que siente una gran alegría que no puede ocultar. Si tu perro hace movimientos lentos con su cola no es una buena señal, esto expresa que quiere relacionarse pero las intenciones no son las mejores. Una cola erecta significa dominio; si está baja, relajación, pero si está entre las piernas o curvada está demostrando temor o sumisión.

La posición del cuerpo

Si tu fiel amigo extiende las patas de adelante y se agacha con la espalda curvada está invitando a jugar. Pero si el cuerpo está tenso, muestra los dientes con las orejas hacia atrás y mantiene la cola rígida, si está erecta y las orejas hacia arriba y los dientes al descubierto, está preparado para atacar.

Es importante que identifiques el tipo de ladridos que hace tu perro, por medio de estos puede comunicar un saludo, una advertencia, un deseo de jugar, una petición de auxilio.

A pesar de ser un animal domesticado, se comunica como sus antepasados: los lobos, además son capaces de interpretar el tono de la voz, los movimientos y los gestos de su dueño.

Diez consejos para educar a tu perro

Logrará que su mascota siga y cumpla sus órdenes y tenga un mejor comportamiento. Los caninos siempre aprenden gracias a la dedicación de sus propietarios. Por ello, más que un etólogo o un veterinario que, por supuesto, podrán enseñarle, las personas que viven con el animal son los mejores maestros.

Así lo explica Ingrid Michael, etóloga y propietaria de Dog Resort. En sus palabras, «los perros aprenden a través del condicionamiento clásico y el condicionamiento operante, teorías de Pavlov y de Skinner».

Explica que el clásico es cuando los perros aprenden por un estímulo, que genera en ellos una respuesta, por lo que reciben una recompensa. En cuanto al condicionamiento operante, se refiere a que el perro realiza algún comportamiento bueno y por ello recibe un refuerzo positivo (puede ser un comando de voz) para aumentar la frecuencia del mismo.

Aunque lo ideal es entrenar al perro desde que es pequeño, si el animal llega a sus manos ya siendo adulto, aún puede aprender aunque el proceso será más lento.

En cualquier caso, lo ideal es usar recompensas, para reforzar un comportamiento; y si lo que quiere es disminuirlo, utilizar correcciones sin que sean castigos severos.

Recuerde que los perros son animales de manada y deben aprender que el líder y los que dan las órdenes son los propietarios.

Un lugar para dormir
Desde que el cachorro llega a casa se le debe asignar el lugar donde pasará las noches. Por más que llore, no debe llevarlo a una de las habitaciones, pues es necesario que la mascota identifique y se acople al espacio que será suyo.

Llénese de paciencia
Los primeros días son los más duros. Para que el aprendizaje sea efectivo, todas las personas deben estar de acuerdo con lo que se le permitirá o no al animal, para no confundirlo.

Control de esfínteres
Si son cachorros, no podrán salir de casa hasta cuando tengan todas sus vacunas. Por esta razón, es necesario dejar un trozo de papel periódico cerca del lugar donde duermen y empezar a indicarle que ese es su lugar. Cuando ya esté más adulto, sí podrá llevarlo al parque.

Recompensas
Cuando el perro cumpla con cualquier indicación, que ya se le ha repetido, el propietario debe emitir un comando de voz que puede ser una palabra (siempre la misma) y luego premiarlo con algo que le guste, como una galleta. Siempre será mejor educarlos positivamente y no con castigos.

No se contradiga
Un gran error es ser permisivo con algo que no se quiere que el perro haga. Como son animales de manada, ellos deben entender que el alfa o líder son los dueños, y no él. Por esto, hay que ser constante con lo que se quiere lograr.

En las alturas
La cama y las sillas son espacios de altura, que para los perros indican dominio. Si usted no quiere que se suban a estos lugares, nunca lo permita. Bájelos cuantas veces sea necesario, pues si deja que sea así, el perro sentirá que ya tiene el control.

Cómpreles juguetes
Para evitar que los cachorros se distraigan con zapatos, ropa o muebles, manténgalos rodeados por juguetes, con los que sí podrá entretenerse. En el mercado también encontrará productos con un aroma que alejará al perro de esos sitios en los que usted prefiere que él no esté.

No le dé de su plato
Los alfa o líderes de la manada son los que comen primero. Por eso, el perro debe entender que primero comen las personas de la casa y luego, él. No deje que sus hijos lo alimenten con lo mismo que ellos comen, porque puede causar enfermedades en ellos o en el animal.

Establezca horarios
Usted debe fijar la hora de la comida y de ir al baño de su cachorro. No deje el plato con comida todo el día; solo en horas acordadas.

Al llegar a casa
No salude a su perro hasta cuando esté sentado y tranquilo. Si permite que se le lance encima, juega con él o lo deja ladrar, lo más seguro es que él aprenda a hacer lo mismo con los visitantes y extraños, lo que puede resultar incómodo.

Fuente: Eltiempo.com