La agresividad en los gatos

Los gatos son animales independientes y afectivos, muchos de ellos no son tan sociables como los perros y algunos no toleran mucho el contacto. El grado de tolerancia al contacto depende de cada gato. Algunos gatos permiten que se les toque mucho tiempo, por todo el cuerpo y cuando ya no lo desean, se van.

Los gatos que no les agrada mucho el contacto frecuente, pueden hacerlo saber mediante señales como movimiento rápido de cola, lamerse a sí mismo como forma de apaciguamiento, dilatación súbita de pupilas y leve movimiento de las orejas hacia atrás y finalmente, mordiscos hacia quien lo sigue tocando a pesar de los comportamientos por los que expresa que no quiere continuar el contacto.

El hecho de que a un gato no le agrade que le estén tocando, no quiere decir que no le agrade estar cerca de su amo.

¿Cómo se puede tratar  la agresividad en gatos?

La terapia de juego es una buena forma de tratamiento para que el gato y el dueño mejoren su relación, se puede empezar con juegos a distancia donde las manos no estén cerca del felino. Las cañas de pescar, cajas, puntero láser son algunos métodos de este tipo de juego.

Agresividad hacia desconocidos 

Algunos gatos son agresivos hacia los desconocidos, lanzan bufidos, arañazos, o mordiscos, el origen de dicho actuar se explica en que son gatos que no toleran el contacto, son inquietos y curiosos, pero el contacto físico repetitivo mediante caricias de las personas con el gato origina que éste muerda, arañe o bufe, lo que causa que el amo lo regañe, lo encierre o le pegue, al no comprender el porqué del comportamiento de su gato.

Si el gato ya se ha enfrentado a muchas situaciones similares, terminará gruñendo ante todas las visitas que lleguen a la casa. Por eso, los familiares y visitas deben ignorar al gato, no mirarle a los ojos y evitar todo contacto físico con él que pueda irritarle. 

No es recomendable que el dueño lo cargue para que las personas lo vean pues esto agrava su miedo y reacciones agresivas. En caso de que el gato lance grandes agresiones, lo mejor es utilizar un spray con agua sobre él y apartarlo.

En ocasiones, la agresividad de un gato también se debe a que es muy nervioso y al mínimo contacto reacciona a la defensiva, si este es el caso de su felino, es mejor que cuando haya vistas en casa, se quede en una habitación donde se sienta cómodo hasta que las visitas se vayan.

No quiero que mi perro sea agresivo ¿Cómo evito ésto?

Tener un perro implica mucha responsabilidad, no solo de sus cuidados físicos sino también de sus comportamientos. Con frecuencia las personas se preocupan por educar a sus perros de tal forma que la agresividad no haga parte de su comportamiento normal.

Pero hay que tener en cuenta que los caninos son territoriales y agresivos por naturaleza al ser descendientes de los lobos. Aunque estas características estén en sus genes, no quiere decir que no podamos entrenarlo y educarlo para que pueda convivir con otros de su especie y con personas que sean desconocidas.

Como amos es importante evitar que nuestro amigo canino sea un peligro para los demás. Es importante que nuestro perro se acostumbre a la convivencia social, esto se hace mediante caminatas, idas a parques y a lugares donde pueda interactuar con otros animales y personas diferentes a las que conoce. De esta manera el perro aprenderá cómo comportarse ante la presencia de gente y otros perros.

Es importante que desde pequeños tengan claro qué pueden morder y qué no, los perros son depredadores por naturaleza, como ya mencionamos anteriormente, descienden de los lobos, la  mordida es fundamental para ellos. Esto se puede lograr por medio de juguetes y evitar que muerda otros objetos y personas, en caso de que intente hacerlo es necesario que lo corrijamos y centremos su atención de nuevo hacia el juguete. De este modo irá aprendiendo que no todo se puede morder.

Los perros, como todas las criaturas, sienten y responden según el trato que reciben. Un perro que constantemente es maltratado se convertirá en un animal agresivo e histérico.

No olvides cuidar, respetar y tratar bien a tu perro, recuerda que él no te eligió como su amo, pero tú puedes decidir la forma en que lo educas y lo tratas.