Mi perro se orina en la cama ¿Qué puedo hacer?


La conducta de los perros que se hacen pipi en la cama de sus propietarios es cada vez más común y desafortunadamente se debe, en la mayoría de los casos, a la forma inadecuada como el propietario asume la relación con su animal de compañía. Puede ser en la cama de éste o de otros miembros de la familia que el perro micciona y por lo general lo hace cuando la casa esta sola o nadie lo está viendo.

El perro marca con su orina, lo que considera su territorio, es decir, la cama o las camas de los demás integrantes de su manada. Si la cama es doble, en ocasiones el perro orina sólo en uno de los dos lados de la cama, por lo general, el de la persona que el perro asume con menor jerarquía. De ésta forma le demuestra al otro miembro de la pareja, que ese es su espacio.

La costumbre de dejar dormir al perro en la misma cama, como muchos propietarios lo hacen, da una gran sensación de poder al perro, que comienza a tratar de escalar para ser el alfa de la manada. Los perros funcionan en una sociedad muy estricta en la que hay sólo un líder que establece las reglas de convivencia por medio de la fuerza y la defensa a ultranza de su territorio.

De este modo, cuando dejamos que el perro duerma en nuestra cama, o no establecemos una relación de dominancia con él, es posible que se confunda y comience a creer que el líder de la manada no eres tú si no él y en consecuencia comience a adoptar conductas desagradables y poco funcionales para la convivencia humana, como orinar o defecar en las camas.

Para solucionar este tipo de problemas, el perro no sólo no debe dormir en la cama de las personas de la familia, sino que además debe dormir en otra habitación sin subirse a sofás o sillones. Adicionalmente debes establecer una clara relación jerárquica con él para que comprenda que eres tú quien dicta las normas. Para ello también debes comer antes que él, salir por la puerta primero y pasearlo sin que se te adelante todo el tiempo.

El amor no solo implica caricias, también implica responsabilidad y reglas claras que permitan una convivencia sana y ajustada a las comunidades humanas donde habita el animal de compañía. De otro modo, las cosas comenzarán a ponerse tensas entre ambos y el temido maltrato animal y el abandono, comenzarán a rondar el ambiente de nuestras queridas mascotas.