Los animales de compañía: unos médicos muy especiales

Las Terapias Asistidas con Animeles suponen un campo aún inexplorado para la comunidad científica, que reclama más estudios.

La medicina, fuera de convencionalismos y límites establecidos, ha apostado en los últimos tiempos por una nueva forma de tratamiento: la terapia asistida con animales, una fórmula que ha demostrado una eficacia y unos beneficios en los pacientes hasta ahora desconocidos.

Sus orígenes se remontan a la época clásica, cuando los griegos utilizaban los caballos para dar largos paseos a personas con problemas, se comprobó que mejoraba su autoestima y se relajaban mucho más que con cualquier otro tratamiento. Con el paso del tiempo, se fueron incluyendo otro tipo de animales domésticos en terapias que se alejaban de métodos más ortodoxos. En la actualidad, hay un caso muy conocido relacionado con las T.E.A.A.C, el de Boris Levinson. Este psiquiatra llevaba el caso de un niño, Johnny, que mostraba síntomas de retraimiento creciente. En una de las visitas en las que el pequeño acompañado de su madre acudió a casa del médico muy alterado, su perro Jingles salió hasta la puerta y cuando Levinson la abrió se abalanzó sobre el niño para lamerle. El doctor observó sorprendido que Johnny, lejos de asustarse, reaccionó a las caricias del animal abrazándole y prestándole toda su atención. Hasta entonces no había respondido con éxito a ningún tratamiento y el psiquiatra, incluso, prescribió su hospitalización.

Cuando la mujer intentó separarles, Levinson le pidió que los dejara, ahí comenzaron una serie de sesiones en las que Johnny y Jingles jugaban ajenos a todo lo demás. El médico solía hacer preguntas al niño que éste respondía coherentemente y aunque parecía absorto con el perro, comenzó a incluir al terapeuta en los juegos, lo que propició una compenetración que permitió que Levinson accediera al pequeño y resolviera sus problemas. La mejoría que experimentó este paciente sólo es un caso más que demuestra la eficacia de las terapias asistidas con animales.

Este tipo de programas no sólo son válidos para personas con discapacidades psíquicas o físicas, sino también para reclusos de centros penitenciarios, niños de barrios marginales o ancianos residentes en geriátricos, ya que los animales funcionan como un estupendo elemento motivador que, además, fomenta el desarrollo de la responsabilidad y la emotividad. El objetivo fundamental de la Terapias asistidas con animales es mejorar la calidad de vida de estos individuos a través de la estimulación y rehabilitación física, psíquica, emocional y social. El autismo es uno de los problemas cuyo tratamiento con animales da mejores resultados: niños que nunca se habían relacionado socialmente comenzaron a interactuar con su entorno. Al contrario de lo que muchas personas piensan, los autistas pueden ser extremadamente inteligentes pero carecen de habilidades sociales y tienen muchas dificultades para prestar atención, con las terapias asistidas con animales se han obtenido muchos logros en este campo aunque, según señalan los expertos, por desgracia aún quedan muchos rincones que explorar científicamente.

En la actualidad, algunos de los programas más innovadores de Terapias asistidas con animales incluyen un animal divertido, sociable e inteligente: el delfín. Con su carácter juguetón y sentido lúdico han supuesto todo un reto para la comunidad médica, que ha descubierto en ellos unos aliados muy valiosos para afrontar los tratamientos de terapias asistidas. A pesar de que, obviamente, utilizar delfines en las T.E.A.A.C es mucho más caro, parece ser que los resultados son increíblemente positivos: entre dos y diez veces más eficaces que las aulas de aprendizaje. Sin embargo, no falta quien opina que los beneficios de este programa también se reflejan utilizando otro tipo de animales con un coste más asequible, como perros, gatos o caballos.

También en Navarra se está experimentando con las terapias asistidas con animales. Por ejemplo, el Centro Hípico de Añézcar trabaja desde hace aproximadamente seis años con Equinoterapia, unos programas a los que acuden personas con todo tipo de problemas no sólo físicos, sino también psíquicos. El centro actúa con dos caballos destinados a este fin, uno para el volteo y otro para paso y trote. Los animales cuentan con unas características muy determinadas: son mansos, obedientes, tienen un tamaño medio y su dorso está algo más hundido de lo normal, lo que hace que la silla sea más cómoda y resulte más difícil caerse. En el caso de los niños, también se utilizan poneys. Los pacientes que asisten padecen síndrome de down, esclerosis múltiple o fueron víctimas de accidentes, por lo que el modo de enfocar la terapia varía en función de las necesidades personales: con la monta (paso sobre suelo duro o blando, con silla o sin ella, sin estribos, paseos al campo, etc.),se puede trabajar el equilibrio, la columna vertebral, el factor psicológico a través del contacto directo con los caballos y la ilusión de verlos…»Depende de cada persona, algunos prefieren cepillar a los caballos, acariciarlos, darles de comer… otros se inclinan por montarlos, todas las sensaciones que experimentan son positivas. Para que los beneficios se noten es muy importante la constancia, aunque es difícil y a veces resulta costoso, no hay subvenciones…»,explica M Eugenia Pérez Zabalza, monitora del centro.

«Las terapias asistidas con animales han llegado a demostrar ser diez veces más eficaces que las aulas de aprendizaje en por ejemplo, casos de autismo»

«Para los programas se utilizan desde perros y gatos hasta animales más exóticos, como pueden ser los delfines».

Otro ejemplo lo encontramos en el Centro Amma Mutilva de Pamplona, que ha desarrollado un programa de Terapia Asistida con Animales con el fin de mejorar la calidad de vida de los ancianos que acuden a sus centros gerontológicos. Desde el comienzo de su andadura, la residencia incluyó varias peceras y jaulas con pájaros por todos los módulos que forman las instalaciones, ya que para poner en marcha el proyecto se basaban en el concepto de ‘hogar’,y eso incluye el cuidado de mascotas. Los animales son considerados «fuente de salud» y se pretendía observar la interacción entre los ancianos y las mascotas para ver cómo reaccionaban. Actualmente, los residentes reciben la visita de una preciosa Pastor Vasco, Argi, con la que pasean y establecen diferentes tipos de contacto, algo que propicia estrategias de psicomotricidad, estimula el lenguaje y mejora su atención. Además, algunas investigaciones han revelado que la relación con los animales hace revivir a los ancianos antiguas experiencias, lo que mejora su memoria. Por eso, está especialmente indicado para enfermos de Alzheimer y demencia senil. En estos casos se puede llegar a perder la conexión con el exterior y sólo quedan los sentidos.

En demencias avanzadas a través del tacto y las caricias se estimula la motricidad y la salida del estado de ensimismamiento. Además, la memorización de frases aparentemente tan insignificantes como ‘perrito bueno’ suponen grandes pasos para ellos.

En el centro viven 180 ancianos que participan en distintas actividades relacionadas con este tema, como por ejemplo la de ‘Buenos días’, en la que se lee el periódico a los residentes mientras éstos acarician o cepillan a la perra. Se trata de estimular las sensaciones con el tacto, el contacto visual, etc.» Los animales tienen una cualidad: son mediadores. Al contrario que los humanos si, por ejemplo, miran fijamente no irritan ni incomodan. Con ellos las personas se relajan, comienzan a establecer una conversación, se abren a los demás o, incluso, pasean acompañados por la mascota y por otros residentes. Se deprimen menos y conviven mejor»,explica Santiago Garde, director del Centro Gerontológico Amma Mutilva.

Agradecemos mucho la colaboración para la publicación de esta nota sobre Terapias asistidas con animales a:

Fuente: www.comunidadanimal.es