Mitos y verdades sobre los gatos


Por: Flor Lucía Ninagualpa
Amado por unos y odiado por otros, el gato es uno de los animales de los que más se dicen cosas.

El gato doméstico, cuyo nombre científico es Felis silvestris catus, convive cerca del hombre hace más de 9.500 años siendo odiado, admirado y perseguido. Los antiguos egipcios descubrieron en este pequeño y agradable ser uno de sus mejores aliados por su compromiso en las tareas asignadas, como liberar de la plaga de ratas los granos almacenados. Fue posteriormente exaltado en esculturas y venerado. También se dice que Noé no pudo incluirlo en los animales que subieron al arca porque no encontró ni uno solo de ellos. Sin embargo -cuenta la leyenda-, el león estornudó tan fuerte que de su nariz salieron pequeños gatos que controlaron a los roedores que se comían los alimentos almacenados.

Llegó a ser tanta su desgracia que en la Edad Media se le asoció con brujería y satanismo. Hoy en día, es la mascota favorita de muchos y la más popular en culturas como la norteamericana. Estos son algunos mitos y verdades que lo rodean.

Las embarazadas sí pueden tenerlos
Si no lo tiene, no lo adquiera, no porque sea un peligro, sino porque sus responsabilidades aumentarán y deberá tener tiempo para su mascota. Si lo tiene, no lo regale ni lo bote a la calle, solo pídale ayuda a una persona para que limpie la arenera. Si nadie puede ayudarle, protéjase con guantes y cambie todos los días la arena o aserrín, y lave sus manos con jabón y agua, que destruirán los taquizoitos que puedan encontrarse, posible- mente, en esa materia fecal. Solo están activos en un 2% de la población felina.

No tienen siete vidas
Es un mito que nació en el siglo XVIII cuando, desesperados por la persecución a la cual eran sometidos, se escabullían por cualquier sitio y aparecían y desaparecían, y sus colores similares hacían pensar que eran los mismos que ya habían matado.

No producen asma
Tienen en su salivación una glucoproteína f d1 que pasa con el acicalamiento a la piel y al pelaje, y una de cada 50.000 personas carece de esta glucoproteína por una variación genética en el ADN, por lo cual al hacer contacto con ella produce estornudos e irritación de vías respiratorias superiores. Son casos esporádicos de alergias, en todo caso, fáciles de controlar.

Sí sienten dolor
Tienen receptores de dolor como todo ser vertebrado y vivo, son fuertes y cuando vocalizan por dolor es porque va más allá de sus fuerzas. El manejo del dolor debe darse por veterinarios, ya que son alérgicos a productos como el Acetaminofén.

Mejor no lo medique para el dolor porque puede hacerle mucho daño.

No siempre caen parados
Cuentan con 233 huesos y 500 músculos que les permiten moverse con libertad y perfección. Poseen 40 huesos más que el esqueleto del hombre, repartidos entre cola y columna. No deben ser tomados como juguetes para ver si realmente caen parados. También se caen y se enredan con frecuencia, lo que da como resultado fracturas y lesiones.

No engordan tras la esterilización
Si es equilibrado con la dieta de su felino y la determina con su veterinario de confianza, según el peso de su gato, el animal no tendrá por qué engordarse. Aun así, existen en el mercado dietas especiales para felinos esterilizados.

Fuente: Eltiempo.com